martes, 21 de diciembre de 2010

El modelo Esteban

El catedrático de Derecho Audiovisual Gerard Imbert, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid y prolífico analista del medio, es muy crítico con el modelo Esteban:

"Por la violencia verbal y gestual que exhiben ese tipo de personajes para impone
rse al resto. Belén Esteban no es un fenómeno aislado, es la quintaesencia de la degradación del
discurso televisivo, de la trivialización del discurso público, y, como tal, está dentro de la lógica de un medio que tiende a espectacularizarse
cada día más, pasando de la espectacularización de los objetos al manejo descarado de los sujetos para conseguir audiencia. En televisión no triunfa el tímido, el que razona, sino el que se impone. Eso es fascismo".

Según Imbert, la Esteban fascina al espectador "porque se permite hablar de lo que quiere y como quiere. Sin límites. No tiene reglas. Echa todo fuera como una vomitona. Tiene un discurso excesivo que se basa en la descalificación del otro. Y lo hace con un estilo machista. Esa vieja idea española de tener cojones. Con Belén Esteban, la televisión ha creado un personaje que es ambivalente; que tiene rasgos muy femeninos (la
madre coraje) y también muy masculinos (el uso de la fuerza). Belén es una madre capaz de matar por su hija. Y en ese discurso descolocado, la violencia se convierte en legítima. Un discurso que hacen suyo otros personajes de esos programas. Todos matarían por sus seres queridos. ¿Y la ley dónde se queda? El fin justifica los medios. Ese es el mensaje de Belén Esteban. Y fascina a la audiencia".

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